domingo, 2 de enero de 2011

El laúd del zapatero



....Hay en mi memoria un padre , Kirakos Parsekian , que no conoció a su padre Kirakos por un error humano que se lo quitó tres días antes de su primer llanto el 19 de febrero de 1905 en Eshkisheir , una ciudad del Cáucaso ; un padre que habitó en un orfanato con escasas visitas de su madre , con protección permanente contra los ataques turcos ; un padre que partió hacia Grecia con su oficio de zapatero ...
.... Hay en mi memoria un padre de 16 años que no llegó a poner una cruz de madera en la tumba de su madre Dirouhi Durghutian , originaria de Sirvisair , debido al dolor que le produjo su llegada tardía a la despedida final en Atenas , la tierra del exilio salvador ...




... Hay en mi memoria una Atenas de carpas de refugiados en Singrou donde nació sietemesina , el 17 de marzo de 1922 , mi madre , Azadohuie Kalinbadjakian , quien partió a los 8 años hacia Buenos Aires con sus dos hermanas , Srpuhi y Filor , y su madre Chenoric Balian , madre de diez hijos, también originaria de Sirvisair , dejando en Grecia los acordes del violín y el clarinete de su padre Roupen , originario de Eshkisheir , quien alegrara con su música bautismos y bodas ....









.... Hay en mi memoria las imágenes fantasmáticas de mis tres tíos maternos , Asad , Asadohuie y Stephan , que ni mi madre llegó a conocer porque el hambre se los llevó en un sueño de infancias que nunca pudieron disfrutar junto al cariño de mi abuela que siempre los evocó con las lágrimas de un dolor inconsolable por el tiempo y que la dejara inválida hasta el nacimiento de la última de sus hijos : mi madre ...
... Aún guarda mi madre los recuerdos del Alcántara del que desembarcó en el puerto de Buenos Aires un 18 de noviembre de 1930 para transcurrir su infancia en el barrio de la Boca en los comedores municipales para los niños pobres que asistían allí mismo a la escuela ; el mismo barrio porteño donde reproduciría con sus manos prodigiosas el linaje de su raza tejedora en los tapices y las alfombras ...




... Aún conservo aquellas fotos teñidas por el sepia de las décadas de mi abuela Chenoric y alguno de sus hijos, y también la de mi tía materna Sanshar , envejecida , junto a mi prima de Armenia ; hija que fuera el producto de su matrimonio con Garavet Manoukian ; lazos de mi sangre posando junto a mi amigo Kevork Kechichian cuando fue a visitarlos ...






... Aún hoy rondan en mi mente los relatos heredados que cuentan de los salvoconductos , redactados en árabe , griego , ruso y francés , que llevaban a los barcos , como el Conterosso que partió de Génova el 19 de enero de 1928 , con la promesa de la libertad en América y la siembra de una familia que no pudiera ser nunca aniquilada por la inconsciencia de los bárbaros ...; relatos de un laúd que pagó en tercera clase el hambre satisfecha durante el viaje de aquel joven de 23 años , hairig ( mi padre ) , que recién pudo fundar su familia a los 45 con una joven armenia 16 años menor a quien conociera a través de las lecturas de las cartas que llegaban de una de sus tres hermanas, Barbar , desde Grecia ; cartas que sirvieron de enlace para un matrimonio registrado el 4 de octubre de 1950 y que diera a luz mi vida de primer vástago varón el 16 de marzo de 1952 ...





... Y la memoria me trae mi infancia en mi Avellaneda natal en una humilde vivienda , en 25 de Mayo N° 117 , que compartíamos con mi abuela materna y donde funcionaba el local de zapatero de mi padre ; la Singer , que ya fuera comprada en 28 cuotas el 14 de diciembre de 1929 en la agencia oficial de Brasil 1015 del barrio de Constitución , y que empezara a dar sus primeras puntadas de remendón , en el local alquilado de la calle Río Cuarto 1078 , en el mes de abril de 1930 ; puntadas que aún resuenan en mis oídos junto a los nombres de otros zapateros camaradas de mi padre : Manisalian , Yernazian , Gregorio Parsekian , Muradian ; puntadas que cesaron de chillar el 27 de noviembre de 1970 por disposición de la Caja de Previsión ...







... Recuerdo la voz de mi padre narrándome la historia triste y a la vez genial del Padre Gomidás y su legado musical : el descubrimiento del microtono y la recopilación y refinamiento de obras populares armenias , una obra de reconocimiento mundial ; la misma voz que oía con alegría los sábados cuando regresaba de jugar con sus amigos a las cartas o al tablí ...
... Tampoco puedo olvidar las misas en las iglesias de Flores y de San Gregorio los domingos donde era monaguillo , y el coro Gomidás , dirigido por entonces por Nino Halberian y luego por Makruhi Elmezekian, donde canté mis primeras vocalizaciones en armenio , el idioma que me fuera enseñado desde la cuna y que aún hoy me sirve para comunicarme con mayrig ( mi madre ) y otros compatriotas de la diáspora ...







... Como sueños infantiles me imagino entre los 8 y 10 años viajando en el colectivo 33 hasta el templo evangélico de la calle Olavarría al encuentro de la maestra de armenio del turno tarde , Achiné Apikian , estudio que continué hasta los 12 en la calle Murguiondo de Valentín Alsina ; e inolvidable es mi paso por Tatul Altunian donde compartí mis años de juventud con Juan "Bagual" bajo la dirección de Nubar Barsamian , mientras cumplía con mis responsabilidades laborales en la empresa de lanas Hetesia de Jorge Sarafián y su familia , ejemplo de respeto ...







... Hay en mi corazón una herencia armenia que completa mi polifacética identidad de viajero universal , que guió mis pasos hasta la orilla atlántica en Mar del Plata en agosto de 1998 junto a Ana , mi compañera de ruta ; herencia que conservo a través de las nostálgicas narraciones de mis ancestros y su lengua melodiosa ...











.... Hay en mi memoria tantos recuerdos de otras vidas que dieron origen a mi vida , la de mi hermano Stephan que recibió su bautismo según el canon armenio el 23 de abril de 1955 por el padre Norair Derkherevian y que desde el 22 de marzo de 1999 reside en la misma morada mortal ocupada por mi padre el 8 de junio de 1995 ; la de mis hijos Ana Camila y Gerardo Ezequiel , y la de mi sobrina Alejandra , herederos de un sueño de libertad , justicia y arte ...






1 comentario:

  1. Hermoso, hermoso, hermoso... sólo alguien que ha vivido es capáz de convertir la nostalgia en poesía. Bravo por el tratamiento literario!

    ResponderEliminar