domingo, 7 de julio de 2013

Ana María Martorella MontautiPsiquiatra.

Nació en Buenos Aires


Psiquiatra.  Nació en Buenos Aires  en 1957 y en Buenos Aires estudió medicina. Ejerce en Mar del Plata.

Bloguera.  Con el pseudónimo de amartor lleva varios  blogs que nos conducen  a la Italia de su padres, a las aventuras por medio mundo de los abuelos, a la mártir Armenia y a las actividades de sus siempre supervivientes en Argentina.  De ahí, a un programa de radio de cuidado infantil: “Con tal que sea sanito”
Escritora por talento, aunque no de profesión, acaba de ganar el premio Certamen Internacional  Toledano “Casco Histórico” con su relato  “Redes de encaje”
Colabora aquí con su relato “El mago”, finalista en el XIV Certamen Internacional de Poesía y Cuento 2013 del Grupo de Escritores Argentinos.


El Mago
El paso del viento, entre las frondas, lo despertó de la noche de su inconsciencia. Trató de descifrar su mensaje al tocarlo el impacto de una gota. Se estremeció por el estruendo de los cielos y se transformó en el trueno de sus miedos. Corrió entre sus vociferaciones y las de los otros que coreaban como el mismo huracán del que huían. Llegó al hueco entre las piedras y las oyó entrechocar al arrojarlas contra los que competían por su nueva residencia, hasta la primera luz del día en que corrió a beberse el canto del río que rugía en su caída por la ladera. La “ah” de placer se exhaló por sus narinas. Anduvo descalzo por la hierba hasta que se erizó por el frío, y se refugió en la serpiente cálida de su cuerpo.
Así, los días blancos, de letras no escritas por su historia, se sucedieron hasta el siguiente parpadeo de hambre en su ombligo. Estiró su mano hasta esa hoja que se mecía con la brisa, y la masticó hasta que introdujo la siguiente. Juntó más hojas en un tronco ahuecado por el tiempo, que arrastró hasta su morada.
En sus paseos, descubrió animales muertos, probó su carne y profanó sus pieles. Se cubrió el cuerpo en el invierno, las hizo cuerdas para tirar de su carro de alimentos.
Jugó, en el ocio del verano, a dibujar ondas en los espejos de agua. Viajó hasta donde alcanzaba su mirada. Talló su firma en los bosques a modo de bitácora.
Construyó, con las pieles, una tienda en el desierto donde se cantara a sí mismo como los pájaros que había conocido, para mitigar la soledad de aquel silencio.
El mundo era suyo! Los verdes, las aguas, las arenas, el cielo, ya no lo sorprendían. Aburrido por el hastío, apiló piedras en su valija, las mantenía en equilibrio sobre los acintados cueros, las oía caer con sus sonidos. Empezó a arrojarlas sobre distintos puntos de la caja, estiró las cintas como en un arco y las soltó por fastidio. Sonó la sinfonía en el eco de los valles! Así, por primera vez, el Mago se sentó en el escenario universal para comunicarse con la vida.

María Mir-Rocafort

 EN EL AUDITORIO DEL HOTEL BAHUEN, DE BUENOS AIRES, Mi amiga la escritora Beatriz Maria Triguero RECIBIENDO EL DIPLOMA DE MI PARTICIPACIÓN CON EL CUENTO " EL MAGO" QUE FUÉ SELECCIONADO POR SADE. UN ORGULLO PARA MÍ HABER SIDO REPRESENTADA POR ELLA PARA RETIRAR ESTA DISTINCIÓN. 17 DE AGOSTO DE 2013


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